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Cultura

Docencia envidiosa, docencia canalla

La envidia es la negación de uno mismo por la afirmación percibida —o falsa— de otro. La envidia es la forma más alta de traición que un ser humano puede consumar contra sí mismo. Contra el milagro espiritual y biológico que cada quien es. La envidia no alcanza ni siquiera a ser el nivel más bajo de autoconocimiento porque, para empezar, la envidia está siempre por debajo de la realidad. Al envidioso le urgen dosis fuertísimas de realismo que lo curen de su loca embriaguez.  

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A diferencia de la admiración sincera, que nos eleva, nos enaltece, y es disfrute del admirado, la pasión de la envidia nos esclaviza al resentimiento infeliz y torpe de lo que otros son y nosotros no podemos ser o tener, en circunstancias que no son las nuestras.

La envidia es mala en todas las personas y en todas las profesiones. Hay una profesión, sin embargo, en la que la envidia, —por su capacidad de transmisión a las generaciones siguientes — es particularmente vandálica y porcina: la docencia. En todos sus niveles, desde preescolar hasta la universidad

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Cultura Naturaleza

La guerra por la infancia y sus cinco batallas (5/5): dimorfismo sexual, fondo y forma

Dimorfismo sexual es lo que visualmente marca las diferencias externas entre los sexos de una misma especie. Se presenta en la mayoría de las especies, en algunas más, en otras menos. Wikipedia lo define como las variaciones en la fisonomía externa, como forma, coloración o tamaño, entre machos y hembras de una misma especie. Se presenta en la mayoría de las especies, en mayor o menor grado.

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Existe también el dimorfismo sexual cerebral, que alude a las diferencias anatómicas, químicas y funcionales entre el cerebro del hombre y el de la mujer.

Diferencias en regiones del cerebro asociadas al lenguaje, la memoria, las emociones, la visión, la audición y en la forma de orientarse en el espacio para ir de un lugar a otro, o para estacionarse en reversa.

Más comentarios sobre este último dimorfismo los dejaremos para otra ocasión, pero estuvo bien el mencionarlo, para familiarizarnos y adoptar el nuevo término: dimorfismo sexual.

En circunstancias normales, nadie tendría que hablar sobre el dimorfismo sexual más allá de lo que atañe a animales en el zoológico, a un viaje salvaje a la jungla, a alguna clase de zoología (el estudio de los animales) o de etología (el estudio de su comportamiento).

En circunstancias normales…

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Cultura Política

Los «baños neutros» funcionan solo en casa y solo si uno es limpio

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¿Has entrado alguna vez a una casa en la que el dueño tenga sus baños separados por sexo? Sería costoso y una especie de loca excentricidad practicable solo en una mansión. Y ni los Locos Adams. Todos conocemos los llamados «baños neutros» porque son lo que todos tenemos en nuestras casas. ¿Por qué entonces los separamos por sexo en los espacios públicos: estadios, restaurantes, universidades?

Si hacemos esta pregunta a un cristiano, un judío, o un musulmán, nos va probablemente a responder —queriendo cortar de tajo con toda esta conversación— que es debido al «pecado original» y haber sido expulsados del edén, que nos hace desconfiar los unos de los otros y separar los baños de hombres y mujeres en los espacios públicos.

Si hacemos la misma pregunta a un sociólogo posmoderno deconstruccionista de la UDG, o de la UNAM, nos va a decir quizás que separamos los baños para compensar por una educación deficiente y mal orientada, «patriarcal», muy arraigada en el mexicano, o por una mala construcción social del significado colectivo de la convivencia, o de las nociones de comunidad etc., y que todo eso debe ser corregido cueste lo que cueste.

La socióloga feminista probablemente añadirá al comentario anterior que «lo privado es lo público» y de ahí nadie la moverá hasta el final de los tiempos.

Ambos pensarán que los «baños públicos neutros» son la revolución que llegó para cambiar al mundo, «desde el fondo de la taza hasta la silla presidencial patriarcal» o alguna cosa por el estilo. Como si la separación de baños públicos por sexo no fuese la solución práctica y pacífica a varios problemas prácticos no siempre pacíficos, en básicamente toda sociedad contemporánea civilizada y funcional.

Un psicólogo del comportamiento podría quizás aventurar la idea de que cada sexo utiliza los baños para cosas distintas: cosas como maquillarse, contemplarse en el espejo, o socializar, puede hacer que la mujer en promedio, permanezca un poco más de tiempo en el baño que el varón.

Aquí, un abogado tomaría la palabra para recordarnos: «entre individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz», a lo cual los «activistas de la diversidad» querrán llevar agua a su molino agregando que los hombres —en su muy particular definición de hombres— también tienen derecho a maquillarse y contemplarse en el espejo.

Si hacemos la pregunta a un biólogo o a un psicólogo evolutivo, nos va a decir que —en la práctica como en la teoría— una sociedad moderna tiene que separar los baños por sexo debido a que hay diferencias connaturales entre hombres y mujeres que hace permanente entre ellos la tensión sexual, sobre todo en su etapa reproductiva —que suele coincidir con la de los universitarios.

Este mismo biólogo nos diría que —a menos que se salga de control— la tensión sexual entre hombres y mujeres no es algo que haya que «erradicar» como quisieran muchas feministas, ya que se trata de un comportamiento normal en todos los mamíferos que no debería preocuparnos porque así es como funciona el homo sapiens: un animal biológico y cultural al mismo tiempo.

Biológicamente hablando, la solución de separar los baños es la más práctica de todas, y curiosamente, también la más humana. 

El asunto de los «baños públicos neutros» en las universidades y otros espacios públicos es interesante en la medida en la que lo abordamos de una manera humana, respetuosa, comprensiva, y sobre todo de una manera auténticamente interdisciplinaria, es decir, tomándonos en serio elementos antropológicos, sociológicos, psicológicos, mezclados con una poca de biología evolutiva, etc.

Si no lo hacemos así, el tema de los «baños públicos neutros» regresa a ser lo que frecuentemente ha sido: un tema egoísta, solipsista, estancado, doctrinario, peleonero, que pone de mal humor a la gente porque solo distrae e infesta la agenda universitaria con politización de la destructiva.

Hay preguntas que no deben ser menospreciadas o hechas a un lado dogmáticamente como por ejemplo ¿y qué piensan muchas mujeres con hijos pequeños sobre los «baños públicos neutros»? ¿y qué piensan los hombres?

El problema de la «inclusión» que se pretende solucionar mediante los «baños públicos neutros», es reducible, si lo pensamos tantito, a una única pregunta ¿Podemos crear una sociedad en la que no existan diferencias entre el espacio público y el espacio privado?

La pregunta parte de la premisa de que, entre todos, ya decidimos que es deseable que no existan diferencias entre el espacio público y el privado ¿es verdad que entre todos ya decidimos que lo deseamos? ¿es esa una premisa inteligente, realista y sobre todo, deseable?

George Orwell en su famosísima novela 1984 sugiere que no. Esa eliminación de la línea que divide a lo público de lo privado es la que da inicio a los totalitarismos, que no son sistemas sociales muy bonitos en los que alguno de nosotros quisiera vivir, a menos de que nos falte un tornillo, o estemos un poco locos, o traigamos algo contra los demás.  

La realidad es que la condición humana y el mundo como tal, no son perfectos y separamos los baños públicos como solución práctica al problema de la convivencia pacífica, porque hasta los «baños neutros» que tenemos en casa solo funcionan si uno mismo es limpio, cosa que en mucha gente aún no se da, ni se dará jamás por respeto a la privacidad y al derecho que tiene cada quien de vivir en su propia inmundicia personal si así lo quiere.

No se dará tampoco en los espacios públicos de las sociedades libres. Las libertades en el espacio público tienen un costo, que en el caso del retrete público, ese costo se llama «separación».

andresbucio.com
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Cultura Tecnología

Mujeres exitosas, obediencia en acción, y esclavitud tecnológica

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Si una persona le planta cara a una concentración grande de gente -una multitud digamos- para apaciblemente decirles «no tienen la menor idea de lo que están haciendo, ya no cuenten conmigo, a partir de ahora pueden arreglárselas como mejor se les antoje, me largo de aquí, buena suerte idiotas», es más probable que esa persona sea un hombre que una mujer. Incluso sustrayendo el «idiotas» de la despedida, va a ser muy difícil encontrar a una mujer que se atreva a armar en la vida real un suceso como el anterior (Hollywood, esa gran lavandería de cerebros, es otra cosa).

¿Por qué? La ciencia lo explica una y otra vez: cada vez que los psicólogos clínicos y los científicos de la conducta contrastan los Cinco Grandes Rasgos de la Personalidad entre los sexos, la mujer siempre sale más alto en «amabilidad» («agreeableness») que el varón

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Cultura Política Tecnología

¿Confiarías en un hombre feminista? yo tampoco (1/2)

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En mi ruta por la vida -y por los pasillos de las universidades- he notado que hay dos tipos de hombres feministas que es posible caracterizar con bastante precisión y hasta elegancia: el «hombre feminista de corazón» y el «hombre feminista ficticio». En ninguno de los dos confío. Y no soy el primero en tocar este tema por cierto. Me propongo -tomando resguardo en el Artículo 6 constitucional– dejar testimonio profesional de mis experiencias y razones para esta desconfianza, esperando sea de utilidad al joven universitario lector ¿y por qué no? también a los hombres que se dicen ser feministas

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El huevo de la serpiente (Parte 3)

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(Auto entrevista imaginaria)

¿Cómo resumiría lo dicho hasta ahora en una o dos ideas generales? Para nuestros padres, capitalismo y comunismo eran los dos polos ideológicos alrededor de los cuales giraban las conversaciones familiares y las reuniones entre universitarios —cuando esas tonterías aún existían— (risas). En una guerra del siglo XX sabias que alguien era tu enemigo porque venía directo a destruirte. Hoy tu enemigo te lee cosas, te manda infografías y viene a convencerte de que te destruyas a ti mismo (risas); y no tiene problema en decirte que además lo hace en nombre de una «cultura de la paz» (risas)

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El huevo de la serpiente (Parte 2)

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(Auto entrevista imaginaria)

¿Pero, acaso no son el conocimiento y el logos funciones básicas de toda universidad?
La función de producir conocimiento y promover el Logos racional, ha dejado de ser, en los hechos, una función básica de la universidad, su eficacia para llevar a cabo estas funciones está además cada día más destartalada; y lo está por dos razones poderosas empíricamente verificables

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Cultura Economía Los más gustados Naturaleza Política Sostenibilidad Tecnología

Movimiento ambientalista: cuatro veces secuestrado (y contando)

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Si eres una de esas personas en prepa o universidad, que quisiera pintar de verde sus planes a futuro, pon atención: el  movimiento ambiental, ha sido secuestrado cuatro veces desde que nació, y no lo sueltan. Esto es preciso que lo sepas. Tienes en tus manos el texto que hubieras querido leer hace varios años pero que nadie había tenido la cortesía de arrimarte. De nada

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Cultura Política

Instrucciones Para Creer en el Machismo

Para creer en el machismo, tenemos que partir de la (falsa) premisa de qué «somos seres completamente culturales y no biológicos». Es decir, que la biología, en el caso del ser humano, no existe. Existe en todo el reino animal, en todos los animales que hay: los perros los leones las focas pero no en los seres humanos. Y entonces sólo así explica uno la existencia del machismo

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Naturaleza Sostenibilidad

¿Le importamos un cacahuate a la Madre Tierra?: La propaganda de Conservation International

Si hemos sido importantes a la hora de destruir los ecosistemas, ¿por qué no habríamos de ser importantes a la hora de asumir responsabilidades para reconstituirlos, rescatarlos o regenerarlos? Hablemos un poquito sobre el tema de «no somos nada» o «no somos importantes» con motivo de estos vídeos que han estado circulando de Conservation International