Si organizáramos un concierto al aire libre al que fuera toda la humanidad, la superficie de la Isla Mauricio -esa pequeñita frente a Madagascar- bastaría para armarla, sin problemas. Sí porque, somos 8000 millones de seres humanos (un ocho con nueve ceros: 8,000,000,000). Pensando que, en todo concierto al aire libre, según va llegando la gente se suelen ocupar los lugares de adelante para atrás, hombro con hombro (para ver mejor), más o menos de a cuatro personas por metro cuadrado y así hasta terminar. Lo único que necesitaríamos, sería un recinto de 2,000 km² en bajadita (de preferencia).
La isla Mauricio tiene 2040 km², o sea que alcanzaría y todavía nos sobrarían 40 km² para puestos de comida y baños. Si la isla Mauricio no tuviese disponibilidad el día del concierto, se podría usar cualquier otra superficie equivalente a la que ocupa la CDMX más un pedacito del Estado de México, o bien la que ocupa la Zona Metropolitana de Guadalajara y sus municipios conurbados, que es casi del mismo tamaño que la isla Mauricio. Ahí podríamos hacer nuestro concierto
La mayor parte de las personas, incluyendo los universitarios, nos ahorraríamos muchos quebraderos de cabeza y tiempo malgastado, si en lugar de prestar atención a las soluciones propuestas en los medios masivos y redes de comunicación, (cual pasivos espectadores) mejor prestásemos atención (cuál gente digna de confianza) a las premisas de las que cada una de estas «soluciones» rivales parte.
Foto: Andrés Bucio Publicación simultánea con El Universal
Lo anterior es importante porque esas premisas generalmente están ocultas y la única manera de descubrirlas es imaginándolas plausiblemente y en coherencia con los resultados que producen.
¿Y qué pepinos es una premisa te preguntarás? Pongamos un ejemplo
Cuando estudié en la universidad, licenciatura, maestría, y más recientemente en el doctorado eran muy frecuentes las conversaciones informales en las cafeterías y en los bares entre mis compañeros e incluso entre mis profesores.
Con relativa frecuencia acabábamos hablando de temas de gran alcance: los sistemas energéticos regionales, el futuro del ecosistema global, las finanzas mundiales, los monopolios alimenticios globales, etcétera.
Después de varios cafés —o varias cervezas— (todo esto fue en Norwich, Inglaterra, en donde, por razones que en México deberíamos investigar, hay «pubs» dentro de los campos universitarios, en donde todos beben alcohol, y si quieren se embriagan, pero no al punto de ponerse excesivamente idiotas o impertinentes, cosa que haría necesaria la clausura de dichos lugares).
Cuando hablábamos de los grandes problemas globales —estaba yo diciendo— , después de varios cafés o varias cervezas, nunca faltaba quien empezara a vociferar sobre la necesidad de una crisis financiera de dimensiones sobrenaturales, —es decir, el derrumbe total del sistema financiero global— como la única posible «salvación de nuestro planeta».
La premisa subyacente a todo esto, por supuesto, era que el capitalismo financiero era la raíz de todos los problemas: el cambio climático, el acaparamiento gandalla de los suelos fértiles, la minería a cielo abierto, el crecimiento urbano desenfrenado, las guerras por el petróleo, etc. ¿Solución? El sistema financiero global debía caer.
Y haré un comentario adicional que quizás capture el sabor de aquellos momentos: no era raro escuchar a los mismos profesores —tanto los eméritos de la vieja guardia, como los más jóvenes—expresarse en términos similares dentro del aula de clase: «solo algo muy parecido a una catástrofe financiera inédita en la historia podría salvarnos y salvar al ecosistema global… » etc.
Quince o diez años después la receta, para los mismos problemas, es completamente otra: «vuélvete homosexual», o algo que se le parezca (i.e. feminista). Ya no son los sistemas lo que hay que trasformar, ahora la receta consiste en hacer ingeniería social con los individuos, con sus mentes y con sus identidades
¿Cuáles son las transformaciones vitales del ambientalismo 2.0? La libertad y la capacidad de elegir la forma en como queremos vivir, es quizás el más importante desafío de este siglo, la nueva tierra de conquista si así lo queremos ver, y no hablo de la torpe y hueca libertad económica sino de la libertad del alma humana, que en tiempos actuales parece incompatible con muchas cosas, incluyendo la sociedad de mercado que todo lo infiltra y corrompe -incluidas las relaciones personales-. Parece también incompatible con una esfera tecnológica cada vez más intrusiva, enajenante y peligrosa, que amenaza con querer pensar por nosotros, y de hecho ya lo hace (loas, aplausos, risas
Suena bien el título de hoy ¿qué trama ahora? Quieren que hable de algo así como «ambientalismo para universitarios». Que no es uno, sino dos problemas: los temas ambientales intimidan a muchos universitarios, les producen sensaciones de náusea, vómito, impotencia y aburrimiento (risas). -en ocasiones justificadas- respecto a lo que ellos pueden hacer para solucionarlos, además de que no ven cómo estos temas les den alguna orientación clara sobre el sexo, o sobre cómo ganarán dinero al graduarse (risas)
Si tuvieras que escoger cinco libros en español para iniciarte en el estudio de la Economía Ecológica y de la Economía Ambiental, esta sería en mi estimación, tu mejor elección. Varios de estos libros los puedes descargar en inglés o español en
Uno de los injertos culturales más trágicamente estúpidos es aquel según el cual «por unos pagamos todos». Es decir que por culpa de las tonterías, mal comportamiento o corrupción de algunos, todos tenemos que vivir sobrellevando un sistema social basado en la desconfianza en lugar de la confianza entre las personas. La pregunta inquietante que quiero abordar, es
En este video se responde a las siguientes preocupaciones o quejas en torno al programa «Sembrando Vida»: «Para plantar los árboles se está realizando quema de terreno». «Lo que necesita el sur es innovación y tecnología, no tanto seguir con la idea del campo». «A largo plazo traerá más impacto ambiental». «Todo el dinero de SEMARNAT se está yendo a eso y se están descuidando otros sectores».
El Desarrollo Sustentable o Sostenible es la hipótesis que nos dice que un futuro puede ser viable. Porque está la otra opción, la hipótesis contraria: que el futuro humano no es viable, que dadas las circunstancias actuales es que el ser humano interfiere en los procesos evolutivo biológicos, dada esa interferencia, el futuro no es viable…
Mexico se encuentra a la mitad del camino entre el burro y los cohetes intergalácticos. Entre el mundo tradicional y el la inteligencia artificial. Es y no es miembro del mundo occidental. Proverbialmente dijo Alfonso Reyes que México había «llegado tarde al banquete de la modernidad».