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La guerra por la infancia y sus cinco batallas (4/5): mundos chatarra fuera de la realidad

Jediismo es el credo asociado a la iglesia Jedi o religión Jedi, que es un nuevo movimiento religioso inspirado en los guiones de las películas de la Guerra de las Galaxias y se cuentan por cientos de miles alrededor de todo el mundo. Este es solo un ejemplo de lo que Michel Houellebecq describe en sus novelas como las nuevas condiciones culturales —o de vació cultural— para el surgimiento de nuevas sectas religiosas en el siglo XXI.

Caperucita y el lobo: Jessie Williams Smith, Fotografía: Andrés Bucio. Wikipedia
Publicación simultánea con El Universal

No es mi propósito caracterizar estos movimientos, sino solo mencionarlos como un ejemplo de lo que yo creo que es una batalla a librar contra el excesivo tiempo que ocupan la mente de niños y jóvenes los nuevos «mundos chatarra fuera de la realidad».

No estoy en contra de las religiones ni de las filosofías espirituales, pero si creo que deben ser motivo de preocupación las recientes «ideologías chatarra nacidas en el mundo digital » que se hacen pasar por religiones.

Y quiero explicar el término «chatarra». Todas las grandes religiones antiguas se las arreglan para ofrecernos una visión más o menos contrapuesta entre las fuerzas rivales que ya conocemos: el bien y el mal, el yin y el yang, etc.

Alrededor de esa oposición, las tradiciones religiosas generan cada una sus propios mitos religiosos (Caín y Abel bíblicos, los Puranas hinduistas, los diez reinos espirituales budistas, etc.).

Eso no es lo mismo que las ideologías —típicamente con una agenda política y completamente dependientes de las redes sociales— que solo nos cuentan un lado de la historia, la que más se les antoja a sus dirigentes o “sacerdotes” y que suele enajenar a la gente. Los enajenados son frecuentemente aquellos que menos herramientas psicológicas tienen para defenderse: niños y jóvenes, o adultos con mentalidad infantil

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El riesgo de la verdad es la pequeñez, el riesgo de la grandeza, la falsedad

Víctor Hugo —y esta misteriosa frase suya que ahora nos sirve de encabezado— nos ayuda mucho a esclarecer cómo es que funciona un buen trozo de la idiosincrasia política mexicana. Y no solo la mexicana, sino la de cualquier otro país, alude a cosas en las que todos los seres humanos nos parecemos.

Víctor Hugo en 1873
Publicación simultánea con El Universal

Traducida al lenguaje coloquial universitario, el significado que encierra la frase de Hugo puede ser el siguiente:

«si vas a ser de izquierda, busca la verdad pero no seas fodongo, vaquetón y naco al hacerlo; si vas a ser de derecha, busca la grandeza pero sin ser un farsante, un hipócrita, un estúpido moral y también un naco—dado que genéricamente «naco» significa «alguien que rutinariamente hace cosas de mal gusto»—; caminar sobre la faz de la tierra, hablarle a la gente,  sentarte a comer, volverte a parar y a caminar, siendo un hipócrita y un farsante todo el día todos los días, es de mal gusto: exhibes comportamiento naco. Y, a diferencia del naco de izquierda, que solo necesita mejorar un poco su estética de lo digno y sus maneras, tú, hipócrita falsario, si necesitas ir al psiquiatra».

Dado que se aprende a escribir leyendo y a pensar escribiendo, uno de los muchos problemas de pasar los mejores años de tu juventud

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Leer a Michel Houellebecq es Más Interesante Que Estudiar Sociología

No hay ningún académico en estos momentos: sociólogo, humanista, que sea enteramente más libre que un escritor como Michel Houellebecq. Leer a Houellebecq se ha vuelto más interesante que estudiar sociología. Y hago esta comparación por un motivo especial:

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Dos Cuentos

Dos cuentos mexicanos, uno real, otro no