Hay dos estrategias contra la extrema adversidad mortal que viven muchas localidades rurales o urbanas en el mundo: la migración o quedarse a defender el terruño hasta la muerte. Ubicarnos en medio de estas dos estrategias no invita a preguntarnos sobre otro posible problema derivado de la enajenación no sólo material sino también de la cultura: ¿existe la patria dinero?